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Un nuevo entorno hostil nos espera en la primera expansión oficial de ArmA II, una nueva campaña que introduce varias mejoras de simulación enviándonos nuevamente al siempre complicado frente bélico.

Con el realismo como seña de identidad y un enorme conflicto bélico como telón de fondo, ArmA II se estrenaba el pasado año con un notable éxito en el mercado de compatibles. Sus creadores, Bohemia Interactive, volvieron a reafirmar que son uno de los equipos más respetados en el mundo de los juegos de acción en primera persona por primar, ante todo, el realismo.

ArmA II se convirtió en un destacable simulador bélico que, pese a contar con un diseño brillante en muchos aspectos, pecó de ofrecer demasiados errores en detalles tan fundamentales como la inteligencia artificial de nuestros aliados o enemigos, así como otros pequeños fallos que podéis leer en el análisis que realizamos en su día.

Esta expansión se mantiene más o menos en la misma línea que ArmA II. Ambientada en la región de Takistan –lo que sería Afganistán en la realidad-, en Operation Arrowhead tendremos que enfrentarnos a las milicias guerrilleras de este vasto entorno desértico de unos 300 kilómetros cuadrados, haciendo uso del último equipamiento militar.

Largas caminatas, eternos enfrentamientos contra un enemigo casi siempre más numeroso en unidades que nosotros, y la constante sensación de que un simple error nos puede costar la vida, nos acompañarán desde el primer momento: Bienvenidos a la guerra.


Un nuevo frente de batalla


Pocas son las novedades que presenta esta expansión de ArmA II. La principal, y más obvia, es la nueva campaña militar ambientada en la citada región de Takistan. En este campo de batalla volveremos a disfrutar de una importante variedad de objetivos que nos obligarán a combatir junto a otros soldados a pie o a bordo de diversos vehículos.

El descomunal campo de batalla por el que nos moveremos libremente nos brinda además la posibilidad de afrontar los objetivos de la forma que consideremos más apropiada; del mismo modo que la opción de impartir órdenes a nuestros soldados y hacer uso de un buen número de vehículos, ahondan todavía más en este componente de libertad total.

El problema es que se repiten prácticamente los mismos errores que en el original. La inteligencia artificial de los enemigos y aliados no resulta del todo pulida, y aunque hay detalles que nos han encantado como ver a los rivales rendirse cuando ven que no tienen nada que hacer, otros nos han decepcionado mucho.

Sí, es cierto que la inteligencia artificial desarrollada para el juego tiene en cuenta muchísimos factores que otros títulos de acción, por no presentar un entorno tan grande y abierto, ni siquiera se plantean; pero pese a ello, son errores que merman la calidad del producto final.

Y es que en muchas ocasiones la posibilidad de dar órdenes a nuestros aliados se convierte en algo muy frustrante, viendo como nuestros compañeros no reaccionan cómo deberían, ni en detalles tan sencillos como seguirnos a nosotros o al objetivo marcado.

Del mismo modo, los enemigos presentan comportamientos erráticos que nos hacen cuestionarnos si de verdad son seres inteligentes o no (¿a santo de qué se congregan frente a nosotros y se ponen a hablar cuando hay una decena de tanques apuntándoles?), dejándonos como decíamos con sensaciones enfrentadas.

La interfaz de usuario también resulta bastante dura, aunque esto es algo que siempre ha sido así en la saga.

Sin embargo, no habría estado de más que se simplificaran ciertos aspectos, porque cuando tienes a varios enemigos disparando tras de ti, lo que menos esperas es que para subir unas escaleras tengas que hacer tiempo hasta que salga el icono de acción en la pantalla; y lo peor es que si hay más objetos cerca con los que poder interactuar, tendremos que usar la rueda del ratón para seleccionar la opción deseada –de nuevo ponéos en una situación de combate extrema-.

Como podéis comprobar, las virtudes y defectos de ArmA II se mantienen intactas en esta expansión, por lo que todo aquel que disfrutara del original encontrará en Operation Arrowhead la excusa perfecta para seguir disfrutando de la obra de Bohemia Interactive.

Y no es para menos. La historia del juego vuelve a ser lo suficientemente interesante como para mantenernos pegados horas y horas delante del PC tratando de sobrevivir a la guerra. Del mismo modo, el desarrollo de la acción y lo variado que resulta ayuda mucho a hacer de lo más ameno el paso por la conflictiva Takistan, volviendo a destacar por lo real que resulta todo.

Bohemia también ha aprovechado la ocasión para incluir nuevas armas, vehículos y tecnología militar, perfeccionando aspectos como la visión nocturna o el uso de las linternas durante la noche, algo que se ha aprovechado a la perfección para presentar nuevos tipos de situaciones conflictivas durante la partida.

Este hecho, aparte de darle un toque de variedad al desarrollo de la acción, también aumenta la espectacularidad de un juego que vuelve a destacar por presentar unos entornos de enormes dimensiones recreados con un destacable nivel de detalle –los efectos de luces están realmente conseguidos-; aunque de nuevo el modelado y animaciones de los soldados está por debajo de otros juegos de corte similar.

También estamos ante un título muy exigente en cuanto a requisitos, por lo que necesitaremos de un PC de gama alta para poder jugar con un nivel de detalle elevado que no nos librará de alguna que otra ralentización. Con un equipo de gama media se puede jugar perfectamente, pero claro, el resultado visual no es ni de lejos el más espectacular del momento. En definitiva, igual que en el original.

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